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Entrevista a "Ina" | |
Coria (Cáceres, España), del 23 al 29 de junio de 2005 |
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Entrevista a "Ina" |
Tiene fotos de todo
tipo corriendo el encierro desde la calle de los Paños a las Cuatro
Calles. Con aquellas bermudas de moda de palmeras por debajo de las
rodillas, con el peinado de tupé...
Y es que lleva desde los 18 años corriendo una las fases más
peligrosas y espectaculares de los encierros de San Juan. No hay foto
en la que no aparezca, ni cogida en la que no esté jugándose la vida
por salvar más de un pellejo. Se considera corredor de la cabeza a
los pies, y desde que su padre le permitió correr los toros nunca ha
fallado en su cita. Todos
le conocemos por INA, Ignacio Moreno Prieto.
Tu primer encierro
Mi primer encierro fue a los
18 años. Antes no los corría porque no me dejaba mi padre entrar de
las portonas para adentro. Y ahora no salgo del recorrido. Fue por la
noche y pasé mucho miedo. Como sigo haciendo hasta ahora, salí desde
la esquina de Covilo, y sólo llegué hasta la Cava. Y desde ese día
no me he perdido casi ninguno. Sólo he fallado por alguna lesión que
me lo ha impedido.
¿Qué tienen de
especial los encierros de Coria? Si algo hay más que
especial en los Sanjuanes de Coria son sus encierros y sobre todo, la
bajada por la Rúa de los Paños hasta la Plaza de los toros. El ser
capaz de llegar hasta la esquina de las Cuatro Calles es, para mí, el
mejor momento de las fiestas. Es difícil porque la calle es muy
estrecha y cuesta abajo.
En ese punto los toros cogen mucha velocidad y les debes guardar la
distancia. Yo les suelo dar entre
5 y 10 metros. Es lo suyo si quieres
llegar delante hasta la plaza. Lo
más importante, siempre mirar al toro y mantener la distancia. Y si
tengo que elegir entre todos los encierros, aunque en la mañana es más
cómodo correr, me quedo con cualquiera de los de la noche.
El encierro de madrugada aporta magia al espectáculo.
¿Dónde está el
peligro de los encierros? Sin duda, la aglomeración
de gente durante la carrera. Siempre hemos dicho que somos nosotros más
peligrosos que el propio toro. Otro de los peligros es el empedrado,
porque beneficia más al
toro. Su vida en el campo le hace estar más familiarizado con este
medio. Y como punto más peligroso, llegar a la plaza desde las cuatro
calles. Normalmente bajamos unas diez personas pegadas al toro y,
cuando llegas a la esquina te encuentras un tapón de gente que eligen
para correr sólo los diez últimos metros. El resto del recorrido no
es muy peligroso, porque las calles son más anchas y tienes más
posibilidades.
¿Últimamente no se
puede fiar uno ni de los capeones? Nunca un toro me ha cogido
durante el encierro, pero curiosamente, si me ha pillado un capeón.
Entraban los mansos a la plaza, y uno de ellos que recordamos todos
porque era muy “vivo“, enfiló a un chaval. Quise echarle una mano
y otro capeón que venía detrás me arrolló.
Un momento de peligro Recuerdo el año 1999. En un
encierro de un toro de la ganadería francesa de la Camarga. El toro
venía fuerte y consiguió dejar atrás a los mansos. Enfiló desde la
Cava hacia los Paños demasiado rápido, y eso sorprendió a más de
uno. En el último momento, y cuando ya me tenía entre los cuernos,
tuve la suerte de estar pasando por delante de la valla del antiguo
estanco. Eso me salvó. De
todos modos, momentos de peligro hay muchos. En otra ocasión tuve que
adelantar a los capeones metiéndome entre ellos porque llevaba al
toro detrás.
Facilitaría la
presencia de más de un toro la espectacularidad de utilizar dos
toros. A mí si me gustaría más.
Incluso con más toro porque resulta más espectacular. Tiene la
dificultad de tener que control a más de un animal. Es más
imprevisible y la llegada a la plaza sería muy peligrosa. Si un
astado se queda atrás...
¿Recomendarías
arena en las calles empedradas? Sería facilitar al
toro. Para el corredor sería peor pero sería más espectacular por
el peligro. Yo sí lo haría.
¿Acompañar a
recortar? Rompes el encierro.
Un toro de salida si lo cortas te cargas al toro.
En Pamplona se
utilizan personas para proteger al toro durante el encierro. La vara es peligrosa.
Depende quién la lleve. Tienen que saber de esto para que le den esa
responsabilidad. Le puedan dar a alguien. Los pastores podrían
haberlos por si el toro se queda atrás y beneficiar el encierro. Lo
suyo sería formar un grupo de personas expertas que protejan al toro
en su recorrido. No puede ser que se llame al toro sin motivo. Debería
ser una norma. No se puede poner una divisa al toro desde el barrote.
Debería ser denunciable.
¿Qué cambiarías
del recorrido? No cambiaría la
plaza de sitio porque es donde está más céntrico. Y tienes más
accesos. Sería bonito que viniera desde el matadero antiguo, por la
Carretera Montehermoso y meterlo por la Corredera, Plaza de San Pedro
y la calle de Las Monjas. Esa calle sería muy espectacular. Aunque lo
bonito de la calle de los paños no lo quitaría.
Cogidas Dentro del encierro
la cogida más impactante fue la de el toro Argentino en la Cava. Iba
delante del toro y en la esquina de los paños vi cómo lo cogía. Me
sorprendió mucho que falleciera. La más graciosa la
de Bote que le dio una paliza. El pensó que era un manso
Aguantar al llegar a
la plaza, ¿es un triunfo ser el último? Es como una carrera
pero no haber quién gana sino a ver quién se queda el último. El
comentario entre los compañeros de carrera es un pique sano a ver quién
aguanta más. Ultimamente hay más compentecia y los años no pasan en
balde.
¿Cómo te ha
sentido ser admirado por los más pequeños? Te alegra porque los críos cuando empiezan se fijan en ti, y eso es importante para darle continuidad a la fiesta. Igual que yo me fijaba en Mario Valiente, gusta que se fijen en ti y te pregunten. El consejo, aunque parezca mentira, es que cuanto más cerca estés del toro más seguro vas. Sin miedo pero con mucho respeto. |